Por lo general, en la adolescencia y juventud empezamos a sentir atracción sexual y amorosa por otras personas. Con la atracción sexual llegan los deseos de estar más unidos y unidas a la persona que nos gusta; vamos avanzando desde los besos al contacto cuerpo a cuerpo. En lo sentimental la creatividad vuela y por eso nos lanzamos a escribir poemas de amor, canciones, a veces con alguna dosis de erotismo.

Seguramente conocés chavalas y chavalos que tuvieron sus primeras relaciones sexuales y por no cuidarse les resultó un embarazo. A veces es por falta de información, pero no siempre, a veces se piensa que “con una vez que no nos cuidemos no va a pasar nada”.

Las revistas, el cine, las telenovelas, la publicidad… nos dicen que el fin de una relación es encontrar a una persona que nos hará felices, aunque para quedarnos con ella tengamos que pelear o aguantar lo que sea para conseguir el amor.

No nos dicen que experimentemos de forma segura, que la sexualidad se puede vivir de forma gratificante sin poner en riesgo la salud.

El cuerpo y la mente son una unidad y si no lo asumimos de forma responsable nos podemos meter en serios problemas. En las parejas heterosexuales, (hombre-mujer) además del riesgo de ITS está el de un embarazo no planificado.

El problema es que aprendimos que las relaciones sexuales tienen que ser centradas en el coito, es decir, sólo con penetración, pero esa no es la única manera de tener contacto sexual con la persona que nos gusta.

Para tener sexo seguro, o sea sin consecuencias negativas, podemos usar la imaginación y experimentar distintas formas de intercambiar cariño y placer sin penetración. El sexo oral incluye una serie de prácticas sexuales que pueden ser muy satisfactorias siempre que se guarden las debidas precauciones. En un próximo artículo hablaremos de éstas prácticas.