!Que va!, además de bueno, es seguro.
Desde hace mucho tiempo se han extendido falsas creencias acerca de la masturbación. Entre éstos mitos están:
- Por masturbarte te crecerá vello en las palmas de las manos
- Te provoca pérdida de la memoria o te vas a quedar ciego
- Se te empeora el problema del acné o las espinillas,
- Te puede producir locura, sordera y hasta esterilidad.
- También se ha dicho que si te masturbas se te acabará el esperma.
Un adolescente nos hizo la siguiente pregunta: ¿Por qué después de cinco veces que me masturbo no me sale semen? Este chico quizá está sobrepasando su capacidad para producir esperma porque su cuerpo necesita más tiempo de recuperación, por ello debería hacerlo menos veces y valorar si lo hace por ansiedad.
Los mitos sobre la masturbación han conseguido que los chavalos y chavalas vivan este aspecto de la sexualidad con sentimientos de culpa o miedo.
Siempre que se tenga una relación sana y natural con su cuerpo, la masturbación es una práctica saludable:
Ayuda a que conozcas mejor tu cuerpo y eso hace que tu seguridad aumente porque nos ayuda a sentirnos dueños y dueñas de nuestro propio placer, a saber cómo éste reacciona a las caricias. Al momento de tener relaciones sexuales este conocimiento te va a proveer mejores experiencias.
Ayuda a relajarse.
Los orgasmos provocan la liberación de unas hormonas llamadas endorfinas que son las responsables de que el organismo se relaje. Así que la masturbación es una buena práctica para disminuir la tensión.
Mantiene la energía sexual.
En el caso de los adolescentes que no han comenzado a tener relaciones sexuales de pareja, la masturbación sirve para aliviar la tensión sexual.
No existe una medida de la cantidad de veces que es normal masturbarse. Algunos adolescentes se masturban todos los días y otros lo hacen solo ocasionalmente e incluso hay algunos que no lo hacen. En todos los casos es normal.
¿Cuándo se convierte en un problema?
Solo cuando la masturbación se vuelve el centro de tu vida hasta interferir en tus actividades normales. Por ejemplo, dejar de estar con tus amigos o de ir a la escuela o de de hacer las cosas propias de tu edad por estar todo el tiempo masturbándote. En ese caso hay que buscar ayuda psicológica o de alguien de confianza para saber qué es lo que está pasando y cómo mejorar.
(Consultado en About.com Adolescencia).