Situación en la cual una persona adulta o adolescente tiene contacto con una niña o niño para satisfacerse sexualmente, con o sin penetración (pueden ser caricias, toqueteos, exhibicionismo). En general, los abusadores son hombres de la familia o cercanos a ella. Niñas y niños que viven o han vivido abuso muestran frecuentemente alteraciones en el comportamiento y en el aprendizaje, angustia, pesadillas, retraimiento, rechazo marcado del contacto físico, agresividad (hacia otras personas o hacia si misma) sentimientos de vergüenza y culpa, y temor frente a la figura del agresor. Hay quienes pueden presentar sangrado o infecciones genitales (verrugas, llagas, etc.) y otras Infecciones de Transmisión Sexual, conocidas por sus sibles ITS. La ley establece que toda sospecha de abuso sexual debe ser denunciada, y ante estas situaciones siempre otorga credibilidad a la niña, niño o adolescente.